El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comentó el día de ayer que si México no frena la migración hacia el territorio estadounidense, en virtud de un acuerdo alcanzado por los dos países la semana pasada, su país entrará en la “fase dos”, que describió como “una fase mucho más difícil”.
Trump, quien se reunió en la Casa Blanca con el mandatario de Polonia, Andrzej Duda, no dio detalles sobre lo que podría desarrollarse en la siguiente fase.
El viernes, el presidente de EUA anunció que suspendería los planes de imponer aranceles a México que entrarían en vigor a partir de esta semana, luego de que el Gobierno mexicano prometiera nuevas medidas para frenar la llegada de la migración ilegal al territorio estadounidense.
Trump ahora cree que el acuerdo significará “que vendrá una menor cantidad de gente” a Estados Unidos. Por su parte, el secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, destacó que su país tiene 45 días para demostrar al país estadounidense que el acuerdo no requiere medidas adicionales.
La paciencia de Trump respecto al acuerdo con México depende de una rápida caída de la migración a través de la frontera de Estados Unidos, algo que su propia administración y aliados políticos consideran una expectativa poco realista.
Esto plantea la posibilidad de que la frustración del presidente estadounidense por la inmigración aumente, lo que posiblemente generará nuevas amenazas arancelarias contra México.