El subsuelo sobre el que se encuentra el Valle de México está conformado por tres tipos: blando, de transición y firme. De acuerdo a las características, de cada uno de estos suelos, es que se percibe la intensidad y el movimiento durante sismos o terremotos, de acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).
Las colonias Condesa e Hipódromo Condesa se consideran de alto riesgo en caso de sismo. Sin embargo, subsisten edificios que no han sido demolidos pese a su fragilidad estructural, tal es el caso del Plaza Condesa.
El Plaza Condesa, ubicado sobre las avenidas de Tamaulipas y Nuevo León, fue construido entre los años de 1952 y 1973 por el ingeniero Francisco J. Serrano. Su construcción fue intermitente por falta de fondos para cubrir las enormes dimensiones del edificio y en su diseño no se contemplaron las observaciones antisísmicas que se incorporaron en el reglamento de construcciones del Distrito Federal en 1987, 1993 y 2004.
Fue a partir de este terremoto de 1985 cuando se evidenciaron en México los daños que puede ocasionar factores como la frecuencia de vibración de la estructura, la frecuencia de la onda sísmica y la frecuencia natural del suelo para delimitar un marco de seguridad mínimo sobre las construcciones en el Distrito Federal.
A diferencia del sismo de 1985, por las características del sismo del 19 de septiembre del 2017, los daños se concentraron en las estructuras de baja a mediana altura. Gran parte de los derrumbes se localizaron en la zona de lago de Ciudad de México, y en los estados de Morelos y Puebla; en algunos municipios las afectaciones alcanzaron hasta el 90% de las edificaciones.
El Plaza Condesa resultó afectado en demasía durante aquellos sismos en 2017 y a la fecha todas las instituciones encargadas de la seguridad estructural de los edificios en la Ciudad de México, desde el Instituto para la Seguridad de las Construcciones, Protección Civil y la Comisión para la Reconstrucción, han dictaminado el lugar como de alto riesgo de colapso.
El edificio tiene una altura promedio de 43.5 metros, el auditorio abarca 5,200 metros, más los departamentos con un promedio de 120 metros cuadrados y las áreas comerciales, son casi 9,000 metros cuadrados podrían venirse abajo si hubiera algún movimiento telúrico como los acontecidos en 2017.
Ante la inminente posibilidad de que se registre un nuevo movimiento telúrico, vecinas y vecinos de la Hipódromo Condesa se muestran preocupados por el riesgo que representa el Plaza Condesa. En las calles aledañas al Plaza Condesa el espacio está habitado por 1,488 personas en 764 viviendas.