México obtuvo 28 puntos de 100 en la escala de Transparencia Internacional del Índice de Percepción de la Corrupción 2018, tres lugares abajo respecto al año anterior, lo que lo ubica en la posición 138 de 180 a nivel global y en el último lugar entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), por debajo de países como Grecia o Hungría, que en años recientes enfrentaron problemas severos de gobernabilidad y viabilidad económica.
Con el nuevo declive en su puntuación, México se encuentra en los últimos lugares entre los países de América Latina, apenas por encima de Guatemala y Nicaragua.
De acuerdo con Transparencia Mexicana, las medidas que ha tomado el país contra la corrupción son de carácter preventivo y muchas han resultado ineficaces, y aseguró que “en prácticamente ningún caso, México ha logrado desmantelar las redes de corrupción detectadas, ni las redes que les han brindado protección política”.
Eduardo Bohórquez, director de la oficina en México de Transparencia Internacional, explicó que “las medidas preventivas tomadas hasta ahora pierden efectividad cuando quienes participan en las redes de corrupción saben bien que no serán sentenciados y que podrán mantener los recursos desviados del erario público”.
Por otra parte, el informe agrega que el país no cuenta con una política integral contra la corrupción para todos los niveles y poderes de gobierno.
“México podrá afirmar que está avanzando en el control efectivo de la corrupción cuando inicie el desmantelamiento de las redes de corrupción que han capturado instituciones públicas y cuando regresen a las arcas de la nación los recursos desviados, mediante una política de recuperación de activos”, señala.